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Concebir a la mujer como un ser creador ha sido sinónimo de reproducción, abnegación y sostén del buen nombre de la familia y la responsabilidad de los cuidados de la vida; incluso ha sido tema de debate en los diversos círculos sociales, laborales, económicos y políticos; cuando en esencia la mujer es creación.

Siglos de resistencia bastan para demostrar en un corto recuento de la vida, ya sean rastros suaves o vestigios grandes que la mujer ha estado presente y a su vez ha sido invisibilizada.

A lo largo de la historia; las mujeres han estado muy presentes y tal vez mucho más de lo podemos creer, han sido un eslabón importante pero invisibilizado en los inicios de los libros y la lectura; siendo ellas las que se encargaron de la educación de los que luego fueron, incluso, reyes y emperadores.

Sin embargo, hasta medio siglo atrás las mujeres han sido marginadas en el acceso a la educación e incluso hasta nuestros días, a causa de las “obligaciones” y el no tener las “experiencias” que requiere el sistema y la academia en el mundo para poder plasmar sus sentires en cuentos, historias o poesía.

La historia de la poesía de las mujeres es tan larga como la existencia de la poesía misma, siendo este un claro ejemplo de creación no reproductiva. Aun así, resulta impresionante como las mujeres a pesar de las adversidades y obstáculos existentes se han ido haciendo camino en la historia y han logrado transmitir a través de la narración y las metáforas su sentir y sus emociones.

Solo para mencionar un ejemplo, el más invisibilizado en los libros de historia y la academia de la Literatura, la primera persona que suscribe un poema fue mujer, Enheduanna, siendo ella la escritora más antigua de la historia, sus escritos se remontan a hace 3500 A.C., una mujer importante, princesa y sacerdotisa Lunar de Acadia, hija del rey Sargón de Akkad.

Quien además, fue también músico y poeta, escribió diversidad de poemas e himnos religiosos, la mayoría, escritos para el Dios de la Luna Nanna y a la Diosa Sumeria, Inanna del Amor.

Actualmente es considerada como la primera cronista, pues escribe la crónica del derrocamiento de su padre y el destierro de su familia, y se sabe que fue astróloga y astrónoma, pues eran parte de sus labores como sacerdotisa. Y así como de ella siendo un personaje importante y de linaje, poco se conoce de su existencia, existen muchas otras mujeres que, desde su conexión en espacios de tejedoras, de cocina, de sembrío, de rituales a la luna, y más; transmitieron sus poesías, cuentos, metáforas y cantos de modo oral, y que ahora se desconoce su existencia y se han sumergido en el mar de las olvidadas.

Entonces, preguntémonos ¿Cuál es el paradigma que ofrece invisibilidad a las mujeres escritoras en la historia? ó ¿Cuál es la razón por la que siguen siendo menos mujeres escritoras o poetas?

Te invito a seguir el próximo artículo sobre La Mujer y La Tierra:

Por Yuli Peralta

Poeta, Socióloga, Espíritu libre y Aprendiz de la filosofía Iveshama.

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